¿Quieres la receta perfecta para tener una relación que te apague?
Es muy fácil: elige a alguien que no entiende tu energía.
Alguien que no ve tu fuego. Que no baila con tu caos creativo.
Que confunde tu sensibilidad con “drama”.
Y que llama a tu libertad “inmadurez”.
Eso le pasó a M.
Su nombre es lo de menos.
Te hablo de una mujer con una energía brillante. Muchas ideas y bastante buenas.
Muy emocional, con una energía profunda, que sienten el mundo como si lo vivieran desde dentro del océano.
Pero eligió a un hombre que era todo estructura.
Control. Rutina. Seguridad a toda costa.
¿Resultado?
Él quería una pecera.
Y ella era el mar.
Cada vez que ella quería expandirse con sus ideas, él las aterrizaba con demasiada dureza.
Cada vez que ella lloraba, él se callaba.
Cada vez que ella necesitaba su momento de soledad y poner en orden todo su mundo de emociones, él le preguntaba; ¿ahora que te pasa?
Cada vez que ella soñaba, él carajote le traía la factura de la luz para mostrarle la realidad.
No es malo. No es mal tío, solo está construido para otra relación.
Y ella también.
Lo que pasó después no importa tanto como lo que aprendió:
Que tu energía no es negociable.
Que si no te conoces, eliges desde la necesidad.
Y que si no te entiendes… acabas repitiendo.
Por eso, cuando acompaño a personas, no empiezo desde fuera.
Empiezo por dentro.
Volver a tu fuego.
Soltar lo que no eres.
Diseñar una vida que no duela.
Y sí: también elegir una pareja que te respete, te vea… y te encienda. Que sepa entender tus tiempos.
Mira, tienes la opción de charlar conmigo. Soy feo, pero se me da bien escuchar y analizar. También orientar.
Hablamos, te conoces un poco más, ves como trabajo y el tiempo dirá.
Un abrazo
Luis
PD: El mayor error no es elegir mal.
Es no aprender lo que tu energía ya te está gritando.