Te voy a hablar de un miedo.

No tiene nada que ver con ir a una playa nudista.

Es algo más profesional.

La primera vez que hice una carta energética para alguien que no era de mi familia… dudé.

No te hablo de una duda pequeña.
Te hablo de esa duda que te sale del estómago, que te dice:

“¿Y si no sé interpretarla bien?”
“¿Y si esperan algo más místico?”
“¿Y si lo que hago es demasiado sencillo?”
“¿Y si no les gusta?”

Porque una cosa era interpretar mi carta.
Otra, la de mi familia.
Ahí tenía seguridad, confianza, entendía perfectamente cómo encajaban sus energías en su vida.

Pero alguien de fuera… Eso ya era otro nivel.

Y aunque tenía la certeza interna de que la herramienta era brutal —que la energía explica la vida de una forma que nada más lo hace—, también tenía muy clara mi forma de ser:

Soy práctico.
Soy directo.
Voy al grano.
No adorno.
No misticismo innecesario.

Y pensé:


“¿La gente buscará algo más mágico? ¿Algo más esotérico? ¿Algo más… decorado?”

Con esa mezcla de miedo y fuego agarré la carta, respiré y dije:

“Voy a hacerlo a mi manera.
Sencillo.
Claro.
Útil.
Que le cambie la vida, no que la disfrace.”

La envié.

Y lo que pasó después me quitó todas las dudas.

La persona me escribió llorando.
Me dijo que por fin entendía quién era.
Que todo encajaba.
Que llevaba años escuchando cosas bonitas, pero nunca algo que le explicara su vida de una forma tan clara.

Ese día entendí algo que me marcó:

La gente no quiere magia. La gente quiere verdad. La suya.

Desde ese día no he vuelto a dudar.

Y por eso existe el Codex de la Energía:

Para que tengas en tus manos algo que no adorna… sino que revela.
Algo que no te confunde… sino que te ordena.
Algo que no te promete estrellas… sino claridad.

Si quieres vivir esa misma sensación que tuvo la primera persona que confió en mí…

Aquí está el camino:

CODEX DE LA ENERGÍA

A veces la vida cambia con un acto sencillo: mirarte sin filtros.

Un abrazo,
Luis Pascasio

PD: Quedan 2 plazas para el Codex de la energía.

Sea para ti o para regalar, hasta el día 20 solo 2 plazas.

El miedo que nunca te conté