Continuo con las historias reales de negocios.

En este caso te hablo del sector donde trabajo con más personas.

Te hablo de una persona con la que trabajo que es dueña de un pequeño centro de estética en un barrio donde todo el mundo se conoce, donde lo natural, lo cercano y lo artesanal se valora… y aun así, su negocio no terminaba de despegar.

Tenía buena mano, clientas fieles y productos de calidad, pero algo fallaba.

La energía de ella es Madera Yin: creativa, soñadora, sensible, con una intuición especial para entender lo que cada clienta necesita. Pero también con tendencia a la dispersión, la duda y la falta de estructura.

También al autosabotaje.

El problema no era el negocio. Era que ella no tenía raíces.

Todo lo decidía desde la emoción, improvisaba con las ofertas, decía que sí a todo lo que le pedían, y cada semana cambiaba de idea sobre qué servicio potenciar.

Trabajamos su energía real: Necesitaba estructura en su negocio sin un exceso de rigidez. Una dirección clara sin que perdiera su esencia flexible.

Creamos rituales en los que ella podía expresar toda esa emoción y creatividad y en el resto de tratamientos permitimos ese mínimo que ella necesitaba mostrar.

Simplificamos su carta de tratamientos con la que ella, por su energía se perdía, y le ayudé a conectar con su por qué profundo.

A día de hoy, su agenda echa bastante humo, no es fácil trabajar con ella si quieres una cita en esta semana por ejemplo y lo más importante, es que ella siente que avanza, que crece, que florece toda esa inspiración sin dejar de ser ella.

Tú, tienes tu propio mapa energético, tu energía especial y una forma única de crecer.

No solo para tu negocio. También para tu salud. Tus emociones. Tus relaciones.

Cuando entiendes como eres, es mucho más fácil caminar por la vida. De manera más libre, más segura y con menos agotamiento.

Dominium no es para que trabajes más. Es para que dejes de ir contra tu naturaleza.

TU ESENCIA

P.D. Tu energía no está rota. Solo está mal usada. Y si eres Madera Yin, necesitas nutrirte como una planta delicada: con constancia, propósito… y sin tanto ruido externo.

Historias reales de negocios - cuando no te permites crecer