Te voy a contar algo real.
De una persona real.
Qué igual te puedes identificar.
Vamos a llamarla Carmen.
Bien, Carmen tenía mil ideas para su negocio.
Cada día una idea.
Es más, tenía una libreta donde las iba apuntando.
Idea tras idea.
Cuando algo se le ocurría empezaba a escribir y anotar como se iba a desarrollar.
Y ahí moría todo, hasta la nueva idea.
Nunca podía en marcha todo eso que tenía en su cabeza.
A lo sumo, podía empezar algo y después abandonaba.
Así, una y otra vez.
Aunque imaginar y crear le gustaba, con el tiempo le fue frustrando porque nada de lo que se le ocurría terminaba siendo ejecutado y siendo real.
Todo estaba en su cabeza, pero nunca bajó a la tierra.
Su negocio continuaba a duras penas y todo eso que podría cambiarlo no lo ejecutaba.
(esto que te acabo de contar es más habitual de lo que piensas)
Pues te diré que hicimos.
Que fue equilibrar y es dar lo que no tenía.
¿Qué le faltaba a ella?
Estructura y acción. Bajar a la tierra las ideas.
Esa es la energía que le faltaba, porque de imaginación y creatividad iba sobrada.
y en eso trabajamos, en aportar esa energía que le faltaba, así de sencillo.
Dotarle de estructura a las ideas y un plan de acción.
Paso a paso, una guía para seguir y ejecutar.
¿Resultado?
Un incremento muy importante de facturación y una nueva vía de negocio que salió a raíz de esas decisiones.
Igual esto puede pasarte a ti, que tienes mil ideas y no avanzas.
O igual te faltan ideas, pero eres una persona realmente buena organizando y estructurando.
También puede que te pienses tanto las cosas que al final te atascas.
O te vence tu exceso de perfeccionismo.
Y el secreto de todo, no es más que equilibrar energías. Una vez lo haces, todo empieza a fluir y lo empiezas a conseguir.
Un abrazo
Luis