No estas engañando a nadie

En la clase de hoy vamos a hablar de un síndrome que a mucha gente le termina por frenar. También se utiliza como excusa para no hacer cosas.
Verás como desde este punto de vista desaparece este síndrome y no tendrás ese bloqueo para actuar y conseguir cosas.
VÍDEO
- Deja de buscar excusas: No importa tu género, raza, clase social o si no hablas inglés. Siempre habrá algo a lo que culpar… pero eso no te va a ayudar.
- El “síndrome del impostor” es el nuevo victimismo cool: Suena sofisticado, pero muchas veces es solo una forma elegante de no hacer nada y no sentirte culpable.
- Solo dos tipos de personas no lo tienen: Los psicópatas (porque les da igual todo) y los incompetentes (porque no llegan ni a planteárselo).
- La duda no es una enfermedad, es una herramienta: Cuestionarte, fallar, corregir y volver a intentar es la única forma real de volverte competente.
- Lo que llamas “síndrome del impostor” es miedo al juicio ajeno: No es falta de capacidad, es exceso de ego. Te aterra lo que los demás piensen de ti.
- No se trata de eliminarlo, ni de abrazarlo: Acéptalo como parte natural del proceso y sigue con tu vida. No le pongas nombre rimbombante a algo normal.
- Todos cometemos errores ridículos: El éxito no es ausencia de fallos, es insistencia pese a ellos. Si vieras los míos, no te creerías lo que he logrado.
- La percepción de capacidad nace del movimiento: La gente que se mueve, actúa y prueba cosas proyecta inteligencia y competencia (aunque no siempre la tenga).
- La mayoría de soluciones aparecen al actuar, no al pensar demasiado: No esperes la genialidad divina sentado, ponte en marcha y deja que el camino te dé respuestas.
- La acción constante gana a la perfección ocasional: Un vídeo imperfecto grabado del tirón puede impactar más que uno súper editado. Multiplica eso por años… y entenderás por qué la acción lo cambia todo.
EJERCICIO “Cambia tu Historia”
1. Identifica tu historia limitante
Escríbelo. Tal cual. Sé brutalmente honesta/o.
Ejemplo:
"No soy suficientemente buena para esto",
"No tengo la formación adecuada",
"¿Quién soy yo para hablar de esto?".
2. Detecta el coste de mantener esa historia
Pregúntate:
- ¿Cómo me afecta esta creencia en mi vida profesional?
- ¿Qué oportunidades me estoy perdiendo?
- ¿Qué relaciones o proyectos no están avanzando por esto?
Aquí es donde te das cuenta de que esa historia no solo te limita: te sabotea. Literalmente.
3. Cambia la historia
Ahora escribe una nueva historia que sea poderosa y auténtica.
Usa frases como:
- "No tengo que ser perfecta/o, tengo que ser útil."
- "Soy la prueba viviente de que se puede avanzar incluso con miedo."
- "Mis imperfecciones me hacen accesible, real y valiente."
Haz que esa historia te empodere, no que te paralice.
4. Ancla esa nueva historia en tu cuerpo (¡y en tu energía!)
- Ponte de pie.
- Respira profundo.
- Repite tu nueva historia en voz alta, con fuerza.
- Mueve el cuerpo, sube los brazos, grita si hace falta. ¡Activa tu fisiología!