Avances de personas que ya están dentro ¿serás tú la próxima persona?
“Me han encantado las historias, tan reales y comunes, pero desde tu humor y visión las haces divertidas, entretenidas y pasan a ser extraordinarias con su aprendizaje. Me encanta aprender así, me hace pensar mucho. Qué suerte tiene Martina”
Antes de leer la historia
Piensa en cómo te sientes cuando opinan sobre ti. Como te afectan las opiniones positivas y las negativas. Cuanto de tu comportamiento lo cambias o varías en función de lo que puedan opinar sobre ti.
💡Piensa y comparte esto con otra persona que lo necesite
Pregúntate ahora
¿Cómo sería tu vida si hubieras actuado sin miedo a las opiniones de los demás?
¿Cuánto potencial dejaste de utilizar por el criterio de otras personas?
💡Recomendación: anota estas preguntas en un diario semanal
A continuación, tienes la Carta 29 donde te voy a contar una historia de una mujer que a pesar de su éxito estaba rota por dentro y el vacío que sentía la tuvo durante años no por lo que hacía, sino por.....
Carta 29 – La puta puerta
Cuando más cerrada la puerta, mejor
El éxito
Como todas las mañanas a primera hora revisé los emails. Había recibido una reserva para una sesión para ese mismo día. Lo curioso de la sesión, es que se realizó a las 03.34 de la mañana.
Pensé, que, por la hora, sería alguien de América, pero cuando vi un email que me envió personalmente donde me decía que vivía en una ciudad de España y que venía de parte de una alumna, me dio que pensar. Estar a esas horas despierta y pedir una cita para una sesión no es muy normal.
Me volvió a escribir otro email a las 7:34 para recordarme la sesión. Un tercer email me llegó a las 9:57 como recordatorio. La sesión online era las 11:00 horas, por eso, intuí que tanta ansiedad y prisas obedecía a que esa persona no pasaba por su mejor momento, e igual estaba al límite.
Empezamos la sesión y empezó llorando. Me dijo que su vida no merecía la pena y que me pedía ayuda. Ella había alcanzado el éxito en su carrera artística, pero se sentía vacía. Por un lado, los halagos le hacían sentirse bien por momentos, porque tenía el reconocimiento de la gente, pero, por otro lado, solo de pensar que había creado un personaje con el que complacer a los demás, solo para vender y encajar en el mercado del arte, le hundía en sus infiernos. Cuando veía una crítica negativa sobre sus obras, aunque en el fondo estaba de acuerdo porque ni a ella misma a veces le gustaba, se rompía aún más.