El otro día escuche una frase muy común.
Estaban tres mujeres hablando en una papelería y una dijo un comentario que no le sentó nada bien a una de ellas.
Para que te hagas la composición de lugar y el contexto te cuento.
Lugar: Papelería.
Hora: Sobre las 10:35 de la mañana
Personajes:
Mari Carmen (nombre ficticio) no habló, solo escucho.
Rosa Marí (nombre ficticio) tenía una hija adolescente y objeto de la polémica. El nombre de la niña era Ana (nombre real).
La Carla (nombre ficticio) es la que lanzó el comentario sobre Ana, la hija de Rosa Mari.
¿Qué le dijo La Carla a Rosa Mari sobre su hija Ana?
Que tenía las orejas grandes y separadas, más concretamente le dijo:
Bueno, tu niña Ana es muy mona, pero mejor con el pelo suelto, porque cuando se lo recoge no le favorece, por sus orejas grandes y separadas.
Aunque eso ya se opera fácil y le pegan las orejas.
No te molestes hija, es que Yo soy así, ya sabes que no me callo las cosas
¿Cómo reaccionó Rosa Marí?
Diciendo lo siguiente:
¿Qué eres así?
así como
¿gilipollas?
Cada uno puede ser como quiera, aunque a veces es mejor que no se le note.
Con más de ocho mil millones de personas hay de todo.
Te voy a poner la cifra con número que para eso soy de ciencias.
Más de 8.000.000.000 personas en el mundo.
Y hay de todo, como en la viña del señor.
Gente maravillosa y gente despreciable.
Con vivencias y sin vida.
Que piensan y los que dejan que otros piensen por ello.
Con las orejas grandes y pequeñas.
De todo.
¿Por qué te cuento esto?
Primero, porque como he dicho antes, no todo el mundo tiene que mostrarse como es, porque igual no le beneficia.
Segundo, porque hoy tengo que volver a la papelería a imprimir unas cosas y me gustaría presenciar algo similar para escribir algo. La vida puede ser maravillosa.
Tercero, porque mañana domingo publico una nueva Carta para Martina, donde cuento una historia real con una lección potente que le dejo a mi hija.
Es solo para miembros de pago, si estás dentro de la llevas, si estas fuera, la pierdes.
Aquí:
Buen día
Luis