Algunas personas parecen tener una fórmula secreta: avanzan sin esfuerzo, sin prisas, sin sacrificarse, y aun así logran lo que quieren. Mientras tanto, tú haces malabares para llegar a todo, sientes que el día no te alcanza y que, por más que te esfuerces, siempre vas por detrás. No es falta de capacidad. No es que tú estés haciendo algo mal. Es que estás jugando un juego que no está diseñado para que ganes. Una vida sencilla no es desconectar del mundo, es aprender a vivir en él sin que te consuma. Y puede empezar ahora.