Propuesta indicente
Te propongo algo que va a sonar un poco rebelde:
este año no regales objetos.
Regala algo que cambie a la persona que lo recibe.
Porque vamos a decir la verdad:
todos hemos vivido ese momento en el que abrimos un regalo y pensamos
“Qué bonito… ¿y ahora dónde lo guardo?”
Y sí, sonríes, agradeces, haces teatro…
pero al mes está criando polvo en un cajón.
Por eso este año quiero que tú seas la persona que rompe el patrón.
La que hace un regalo de esos que no se olvidan,
que no se desgastan,
que no pasan de moda,
y que además ayudan a quien lo recibe a entenderse, a ordenar su vida,
a recuperar claridad y a mirarse con honestidad.
Un regalo que no decora: despierta.
Un regalo que no ocupa espacio: abre espacio.
Un regalo que no se usa una vez: se usa para toda la vida.
El 1 de diciembre voy a lanzar algo muy especial que podrás regalar.
Y no, no es una experiencia típica, ni un vale de belleza,
ni un libro, ni una sesión al uso.
Es mucho más íntimo.
Más revelador.
Más de “esto me hacía falta y no lo sabía”.
Y lo mejor:
quien lo reciba sentirá que le has regalado algo que va más allá del detalle.
Le habrás dado una herramienta,
un espejo,
una guía,
una comprensión profunda de sí misma. Mismo.
Algo que le servirá en sus decisiones, en su energía, en su día a día.
No te doy más pistas.
Toca esperar un poquito.
Pero te adelanto algo:
si buscas un regalo diferente,
emocional,
poderoso,
y que tenga impacto REAL…
lo vas a querer.
Y van a querer que se lo regales.
El 1 de diciembre lo desvelo.
Y sí, será limitado.
Muy limitado.
Hablamos pronto.
Un abrazo
Luis