Te cuento una historia real de una actriz.
No sé su nombre, solo que en una entrevista contó parte de su vida porqué habló, de lo que yo hablo.
Antes de ser actriz, tenía un negocio que funcionaba, clientas fieles, todo “bien” en apariencia.
Pero cada vez que se le ocurría una idea nueva… se frenaba.
Cursos, talleres, nuevos servicios, una colaboración…
Todo parecía buena idea, hasta que llegaba el momento de moverse.
Y algo dentro decía:
“¿Y si pierdo lo que ya tengo? ¿Y si sale mal? ¿Y si me quedo sola?”
Durante años pensó que era miedo al fracaso. Y no hacía nada.
Pero no.
Era miedo a perder la estabilidad.
A que lo nuevo desordenara lo seguro.
A que la expansión le quitara el suelo.
Esta chica, entendió, que su energía necesita raíces, seguridad y confianza…
Y cualquier salto le hacía sentirse como una amenaza.
Esto es algo innato en ella y que es difícil cambiar. No es una creencia limitante, es su energía.
Bien, pues cuando entendió esto, se lanzó a hacer cosas en su negocio.
Una de ellas, fue la presentación de un nuevo producto. Y la casualidad o no, de la vida, hizo que cuando ella hablaba un productor que acudió al evento, se fijara en ella.
Ahí, se le abrió la puerta del mundo del cine.
¿Te estoy diciendo que con pequeños pasos se te abrirán mil oportunidades?
No.
Te estoy diciendo, que cuando te conoces, cuando sabes como reaccionas a la vida desde tu energía, empiezas a hacer cosas que hasta ahora no hacías. Y empieza a dominar tu mundo, y ahí se abren oportunidades.
¿Cuáles?
No lo se.
Solo sé, que si caminas desde tu centro, desde tu esencia, la cosas empiezan a ocurrir, te empiezan a suceder.
La abundancia no llega desde el bloqueo, llega siempre desde la libertad.
Y no hay persona más libre que la que se conoce.
¿Cómo te sentirías si tras hablar conmigo averiguas un poquito como eres y cómo avanzar en tu vida y en tu negocio?
Un abrazo
Luis