Déjame contarte la historia de alguien que podría ser tú.
Te voy a hablar de Marta. Nombre ficticio, historia real.
Durante años, hizo lo que hace todo el mundo cuando se siente perdida:
Mentorías.
Cursos.
Retos de 21 días.
Libros de autoayuda.
Meditaciones guiadas.
Retiros donde lloras, vuelves con ganas… y a los tres días estás igual.
Vivía agotada.
Con mil ideas y cero dirección.
Saltando de una estrategia a otra porque nada terminaba de encajarle.
Y lo peor no era eso.
Lo peor era esa sensación constante de:
“¿Qué me pasa? ¿Por qué, si hago tanto, siento avanzo tan poco?
¿Qué sucedió para que su negocio cambiara?
Descubrió su Día Maestro: Agua Yin.
Y ahí… se encendió la luz.
Porque de repente entendió por qué nada le había funcionado antes:
El mundo le pedía ser Madera, es decir acción tras acción y eso la agotaba.
En las mentorías le decían que tenía que ser Fuego (extrovertida, dar charlas, etc.)
En los cursos le llevaban a ser Metal, (pura estructura, orden rígido).
Y su familia quería que fuera Tierra. Pura estabilidad eterna.
Pero ella… era Agua Yin.
Sutil.
Profunda.
Observadora.
Intuitiva.
Necesitaba espacio, calma, reflexión.
No empuje forzado.
Toda su vida había intentado sobrevivir usando una energía que NO era la suya.
¿El resultado?
Pues lo que siempre pasa:
Confusión.
Cansancio.
Bloqueo.
Autosabotaje.
Y esa sensación silenciosa de estar nadando contra corriente.
Cuando vio su mapa energético, algo hizo “clic”.
Por primera vez entendió:
✔ por qué se derrumbaba cuando le exigían demasiada estructura,
✔ por qué le costaba mostrarse como “vendedora”,
✔ por qué su mente iba más rápido que su vida,
✔ y por qué sus proyectos morían antes de arrancar.
Ese día dejó de forzarse.
Empezó a trabajar desde su energía Agua Yin:
Más estrategia intuitiva, menos presión.
Más profundidad, menos prisa.
Más calidad, menos cantidad.
Más autenticidad, menos máscara.
¿Lo sorprendente?
Cuando dejó de pelear contra quien era y empezó a actuar desde su energía real…
Todo empezó a fluir.
Su negocio encontró dirección.
Sus decisiones se volvieron claras.
Las oportunidades aparecieron “de la nada”.
Y por primera vez en años… ella sintió paz.
No porque cambiara ella.
Sino porque por fin dejó de traicionarse.
Y esto pasa una y otra vez con quienes se descubren energéticamente.
No es magia.
No es misticismo.
Es conocerte de verdad.
Por eso saqué el Codex de la Energía:
Para que descubras quién eres según tu energía, cómo funcionas, qué te drena, qué te activa, qué tienes que soltar y qué camino te llevará a una vida sencilla y abundante.
Si estás cansado de dar vueltas…
Si ya probaste “todo”...
Si sientes que te falta algo…
Ese “algo” es tu energía real.
Aquí tienes tu mapa:
Un abrazo,
Luis Pascasio
PD: Como regalo, es algo único y te aseguro que te lo van a agradecer.
PD: Hasta el día 20 quedan 3 plazas para el Codex.