Muchas mañanas me tomo un café con unos amigos.
Dejo a la nena en el colegio, me tomo el café y vuelvo a ponerme a trabajar.
Pues en esa cafetería, hay un señor que se llama Jesús.
Tiene unos 70 años y aunque ahora está algo mejor, le cuesta mucho andar porque está enfermo.
El otro día nos presentamos y nos saludamos.
Admiro a ese hombre, porque, aunque de salud está mal, no falta todos los días a tomarse su café y su tostada.
Y siempre sonríe.
Siempre saluda.
Siempre es educado.
Siempre es amable.
A pesar de sus dolores que se ve que tiene y padece, y su escasa movilidad, sonríe y saluda.
Lo admiro.
No sé muy bien por qué te cuento esto, pero se me vino así a mi cabeza. Hoy quería hablar de Jesús, un señor, para mí admirable. Y esto es cómo un pequeño reconocimiento a muchas personas mayores que a pesar de sus dolencias, siempre tiran para adelante.
Y ahora te digo, el domingo mando otra Carta para los suscriptores de pago y te cuento la historia de un viaje que hice a Cancún.
Me fui sólo, y sólo con el vuelo.
Me salió todo redondo y te voy a contar que hice, cómo dirigí mi mente para conseguir lo que quería hacer y cómo lo conseguí.
Te voy a dar, la secuencia de preguntas que me hago mentalmente para conseguir cosas.
Porque, un error común y habitual que tiene el ser humano es que se hace muchas preguntas y la mayoría de las veces son erróneas.
El ser humano avanza, sólo cuando se hace las preguntas correctas, porque eso posibilita que tome las acciones para conseguir sus logros.
Te puedes suscribir aquí para recibir la historia completa y la lección.
Un abrazo
Luis
PD: Arriba en el botoncito.