Lo que me comentaron ayer comprando pan

Ayer fui a comprar el pan. No te lo cuento para que me des un diploma, aviso.

Te lo digo, porque igual no te parece algo digno de contar, pero creo que si observamos, siempre ocurren cosas interesantes todos los días y a todas las horas.

Te cuento.

Al salir con el pan calentito de la panadería, me encontré a un conocido. Hacía unos 30 años o más que no coincidía con él.

Y estaba desmejorado. Llamaba la atención su deterioro.

Y en todo momento me habló de él y de su pasado. De sus penas.

No me preguntó nada sobre mi.

Tampoco yo le conté nada, estaba deseando pegarle un pellizco al pan calentito. Y me limite a escuchar, también porque él sólo quería contar.

Es curioso, su aspecto era el que le correspondería en el futuro, porque aparentaba más edad, pero su mente, estaba todavía en el pasado.

Porque vivir en el pasado consume, quema, desgasta y envejece.

Y con vivir en el futuro pasa igual.

Supongo que has escuchado que hay que vivir en el aquí y el ahora.

No seré yo el que te diga lo contrario. Es lo que hay que hacer. Y más, si en el aquí y el ahora, es una terraza con una cerveza.

No me refiero a estar meditando como monje tibetano cuatro horas, porque se te pone “culo carpeta”.

Me refiero, a que la vida, va de cosas que te ocurren ahora y tienes que vivirlas y ser capaz de ver y aprovechar las oportunidades.

Y sobre eso te voy a hablar el domingo en la segunda Carta para Martina.

De crear oportunidades mediante el lenguaje.

Oportunidades para ligar.

Para vender.

Para promocionar en un trabajo.

En tú comunidad de vecino.

O en el grupo de WhatsApp de padres del colegio.

Utilizar la persuasión para conseguir cosas que tú quieres conseguir y los demás igual lo desean, pero no lo expresan.

Es utilizar el lenguaje para atajar caminos cuando quieras conseguir cosas.

Y te lo voy a contar con una historia divertida, una historia real y de paso te llevas la lección para persuadir y conseguir.

En la historia lo que se consiguió fue sexo, que no está mal, pero lo curioso, fue la lección de persuasión y que aprovecho para la lección.

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Un abrazo,

Luis

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