Imagina a un león, con la leona y los cachorros a las cuatro de la tarde en julio.
¿Qué hacen?
¿Están corriendo?
¿Con sus cosas de leones?
Mira, seguramente, el león y la leona están dormidos y los cachorros jugando.
¿Sabes por qué?
Porque es lo que toca, que es la siesta.
Ahora, imagina a esos leones, después de comerse al pobre ñu, que se comen en todos los documentales de TVE2, tumbados a la sombra.
Con un ojo cerrado y el otro abierto.
Y a lo lejos ven a un hombre corriendo. Con 42 grados.
¿Qué piensa el rey de la selva?
Es fácil, que el hombre es gilipollas, porque es la hora de la siesta y de digerir al ñu.
El león dirá que a quien se le ocurre, ponerse a correr a las 4 de la tarde con 42 grados.
Pues ese ese es el ser humano.
Corriendo cuando no tiene que correr.
Actuando cuando no tiene que actuar.
Hablando cuando no tiene que hablar.
Corriendo como si se le escapara la vida, cuando lo que hace es quemar su vida.
Mira, en una sociedad, donde por estadísticas, hay la mayor concentración de gilipollas por metro cuadrado en la historia, tienes dos opciones.
1.- Correr siempre y dejarte llevar por la sociedad, sin saber muy bien donde vas.
2.- O bien parar, y decidir por ti mismo, cuando caminar. Tener el control de tu vida.
Tú eliges.
Y ese es mi consejo de hoy.
Bien, el domingo mando la primera Carta de Cartas para Martina.
Contaré una historia y daré una práctica que yo utilizo y que me ayuda a no enfadarme y a que todo me afecten un 90% menos.
El contenido importante es exclusivo para los miembros de pago.
Por cierto, te apuntas aquí.
Un abrazo
Luis
PD: La historia es real, de un amigo que la tiene pequeñita y fue a una playa nudista.
PD: 7€/mes hasta el 31 de marzo y te aseguras este precio para siempre, después subirá a 9€/mes