Si eres mujer y tu pareja es un hombre, es muy probable que en la mañana mañanera quiera tener sexo.
Se rozará cómo un parachoques a una columna de parking, porque su cosita se le ha levantado juguetona.
Y si eres mujer, seguramente te apetezca más, dormir una hora más y un café bien cargado que no ponerte a jugar.
Esto suele ser así y hay muchas excepciones, edad, tiempo con la relación, etc.
Bien, se dice que esto sucede por los picos de testosterona que tiene el hombre y que le hace más propenso a una fiesta de dos en la mañana.
Pero hay otra cosa que no cuentan y es el impulso.
Si, te cuento.
La ciencia dice que somos materia y energía.
La testosterona es la materia, pero ¿y la energía?
El hombre es más Yang que la mujer, que es más Yin.
El Yang es la energía, es el día, el impulso, la fuerza, la expansión, el sol, etc. Y surge con más fuerza en el amanecer.
El Yin la materia, es la noche, la calma, la contracción, la luna, el pensamiento, etc.
Pues eso que impulsa al hombre, es la energía Yang, que en la mañana empieza a crecer. A crecer la energía Yang me refiero y lo otro también.
Energías distintas, comportamientos distintos.
Esto, que parece un cuento chino, te aseguro que no lo es y cuando entiendas conceptos muy básicos empezarás a entender muchos de tus comportamientos y cómo funciona el mundo.
Si quieres ser feliz, no puedes ir contra tu naturaleza, o la aceptas y fluyes o nunca serás feliz.
El mundo, la naturaleza, tu vida, está supeditada a las energías y el domingo hablaré de manera muy sencilla sobre esto en la Carta nº4.
De cómo influye todo ese orden natural en ti y de cómo puedes sacarle mucho provecho, de cómo aceptarte y de cómo hay días que podrás hacer unas cosas y otros mejor tumbarte y disfrutar del sosiego.
Eso será el domingo, si quieres más información sobre Cartas para Martina aquí:
Un abrazo,
Luis