Pensé que te lo había dicho.
Pero si no ha sido así, te lo digo. Me gustan las mujeres.
Y así, sin más.
A lo bruto.
No digo que sean brutas, el bruto soy yo.
Me refiero, que me gustan tal y como son. Yo no tengo ni que deconstruirlas ni construirlas, así como son, me gustan.
Me gusta su esencia.
Me gustan que piensen distinto.
Que se muevan como yo no me muevo.
Que rían distinto.
Que vean el mundo de otra manera.
Y lo sientan, lo rían y lo lloren como yo no lo hago.
Y lo que yo hago, es aprender de ellas.
En un mundo en el que nos dividen.
De izquierdas o derechas.
Del norte o del sur.
Del Madrid o del Barca
Hombres o mujeres.
En un mundo, donde políticos, ideologías y a fondos de inversión les interesa ponernos una etiqueta como al ganado, para que nos quedemos quietos y fijos en un pensamiento y así estar controlados, yo me salgo de esa foto y me quedo con la esencia.
La esencia de las cosas.
La esencia del ser humano.
La esencia las mujeres.
Porque son todo lo que yo no soy, y necesito para ser mejor, y para vivir el mundo mejor.
Para reír mejor.
Amar mejor.
Y morirme mejor. Porque algún día me moriré.
Si me permites un consejo, no te pongas etiquetas.
Las etiquetas son para el ganado.
No olvides tu esencia, porque eres todo eso que no quieren que seas. Así nos dividen.
Sé tú, porque eres tú.
Que tengas un gran día
Luis
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PD: Cada domingo una historia real y una práctica para mejorar tu vida. Si es que la quieres vivir.